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¡Hola, bonito día!

Mi nombre es Arianna Castro Santisteban, soy Médico General, orgullosamente egresada de la UABC Valle de Las Palmas (2da Generación), y recientemente logré terminar una Maestría en Nutrición Clínica, en la Universidad Xochicalco. Con 7 años en el área Clínica Bariátrica y Oncológica, 4 años certificada y practicando Medicina Estética. Con enfoque en la Asesoría Médica y Nutricional Clínica; Bariátrica, Deportiva y en Lactancia Materna. 

Apasionada por lo que hago, durante estos meses de confinamiento, luchando por mantener el positivismo y la proactividad, me enfoque en mi autoconocimiento.

Dediqué mi atención a mi crecimiento personal y profesional. Lo que me llevó a comprender la situación en la que me encontraba y cómo empezar a mejorarla.

Con el compromiso de presentar información responsable, con base en conocimiento científico actualizado y a su vez, adecuada al entendimiento de todos, decidí emprender en esta aventura con la mejor de las intenciones y aportar lo que he aprendido en este proceso,  con el propósito de mejorar mi calidad de vida y la de quien pueda beneficiarse con ello.

Asi mismo, tome consciencia sobre la desorientación nutricional que hemos recibido a lo largo de nuestras vidas, ya sea por los medios de comunicación a través de comerciales sobre cereales, pan, bebidas, y todo producto alimenticio que se autodenomina como saludable, o más común todavía, por nuestras mismas familias que nos alimentan con la mejor intención, mas no con los nutrientes adecuados. Aun en el mejor de los casos, cuando una educación nutricional profesional es recibida; ésta no impacta ni repercute en nuestra vida como en verdad nos gustaría. ¿Te has preguntado por qué?

Una alimentación sin los nutrientes que se necesitan, conlleva a una alta prevalencia de enfermedades crónico degenerativas que nos afectan despreocupadamente. Solían ser más frecuentes en adultos,  pero hoy en día, las padecen niños, adolescentes y jóvenes adultos. Diabetes y enfermedades cardiovasculares en su mayoría. (ENSANUT-2018)

Quiero platicarte un poco de mi historia. Desde que tengo recuerdo de mi infancia, viví con obesidad. Para mi fue “normal” crecer hasta la juventud con sobrepeso. Me justificaba al intentar mejorar mi alimentación, sin conocer el verdadero beneficio nutricional que recibía,  ni mucho menos elegir los alimentos que necesitaba. 

En búsqueda de mi bienestar, me sometí a distintos regímenes dietéticos, de los cuales en algunos, obtuve resultados positivos temporales. La razón, restricción calórica.

Sin una adecuada orientación y concientización de la reducción calórica en mi dieta,  aprendí a comer lo mismo. Semana tras semana quedaba insatisfecha. Terminaba aburrida y enfadada. No comprendía cómo es que se conforma un buen plato de comida, que porción, contenido, ni nutrimentos deben considerarse.

Mi obesidad fue consecuencia de malos hábitos alimenticios; ayuno prolongado, comidas copiosas, porciones extra grandes, alto contenido calórico, rico en carbohidratos, azúcares, etc. Este comportamiento me llevó a un deterioro progresivo de mi salud, presentando una evidente resistencia a la insulina y otras alteraciones metabólicas que manifestaban en mi una inminente probabilidad a padecer diabetes y/o hipertensión.

Con el tiempo y mucha introspección, note que a pesar de ser Médico, mis conocimientos sobre una adecuada nutrición eran escasos y pobremente integrados a mi estilo de vida, pero principalmente, que gran parte de mi lucha fue a causa de un mal enfoque de mi energía, es decir, mi mente estaba dirigida a mi obesidad y todo lo negativo asociado, de igual forma contemplaba erróneamente lo complicado de sentirme en plenitud. 

Al encontrarme preocupada por mi estado de salud y aspecto físico, sumado a la incongruencia de ser una promotora de la Salud con obesidad, decidí tomar acción.  Ya que solo actuando de forma oportuna podía prevenir la progresión a una enfermedad crónica.
Fue cuando me sometí a cirugía bariátrica, específicamente manga gástrica. 

Me operaron el estómago, no el cerebro. La cirugía no lo es todo, si no existe un cambio de mentalidad y perseverancia, impulsado por el deseo para desarrollar los adecuados hábitos en la alimentación y actividad física, se obtienen los mismos resultados que una dieta sin personalizar.

Elegí evaluar mi comportamiento y modificarlo para lograr mi objetivo.

Pasado el primer año había perdido 45kg y me sentía mucho mejor con mi apariencia física y estado de ánimo. Actualmente mi cabello ha crecido, tengo más energía, mi fuerza y tono muscular ha aumentado, me siento más saludable que nunca. 

El buscar sentir tu plenitud es una labor que requiere constancia y disciplina, recordando en todo momento el porqué lo estás haciendo. Con las herramientas correctas, la orientación adecuada, y una actitud constructiva, todo es más sencillo y realizable. 

Recordemos que una buena salud, fortalece nuestra calidad de vida. 

Empieza a #NutrirtuSer.

Atte:

Dra. Arianna Castro Santisteban

Nutriólogo Clínico y Médico Estético